¿Le gustaría visitar los famosos Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina sin las habituales multitudes de espectadores? Considere la posibilidad de elegir una visita VIP con todos los accesos. Sumérjase en el arte antiguo y aprecie los cautivadores frescos de Miguel Ángel como parte de una cautivadora e instructiva aventura guiada.
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Imagine tener el privilegio supremo de contemplar la grandeza de la Capilla Sixtina sin que las multitudes le impidan la visión. Disfrute de una extraordinaria visita al amanecer, que le permitirá un encuentro profundamente personal entre los sagrados muros del Vaticano durante las primeras luces del alba. Alternativamente, considere nuestra visita nocturna que deja las puertas abiertas para visitas tranquilas fuera de horario, incluso cuando las puertas están oficialmente cerradas. Así es como se desarrolla un viaje por la mañana, cuando Roma se baña con los primeros rayos de sol, a las 7:30 de la mañana, mucho antes de la hora de embarque de muchas otras experiencias denominadas de "acceso temprano". Embárquese en un viaje a través de las galerías, incluidas las famosas Estancias de Rafael, mientras se dirige a su destino final: la Capilla Sixtina. Estar entre los primeros visitantes del día en entrar en los Museos Vaticanos es algo exclusivo, ¿no le parece? Piense en ello como en un exclusivo vistazo antes de que lleguen otros visitantes. Imagínese por un momento estar en silencio y asombrado en el interior de la Capilla Sixtina, acompañado de un pequeño grupo de privilegiados con acceso VIP, mientras todos los demás siguen llamando a las puertas Ah, sí, todo lo contrario de lo que ocurrirá cuando las multitudes se agolpen más tarde en el transcurso de ese mismo día. Un poco después de las nueve de la mañana, estará cómodamente instalado en el Patio de las Piñas. Imagínatelo: degustar un delicioso desayuno casero mientras te sumerges en la historia bajo una vista de ensueño Pero, ¿quizá le guste más la noche? Digamos que se ha decidido por la visita al atardecer: se encontrará con su guía oficial del Vaticano a las tres y media de la tarde. Entonces llega una de esas entradas sin colas que nos permiten entrar sin tener que preocuparnos por las colas. Rápidamente nos deleitamos con galerías dignas de reyes y reinas, así como con las Estancias de Rafael, todo ello después de que la mayoría de la gente haya terminado de dar vueltas durante el día. A partir de las cinco en punto de la tarde, cuando la Capilla Sixtina cierra sus puertas al público hasta el amanecer, el visitante recibe un trato VIP. Entrar sin la multitud habitual -sólo un reducido grupo de visitantes- le dejará sin aliento. Desde allí, diríjase al Patio de las Piñas. Cuando el día se convierta en noche, prepárese para celebrar chocando copas -un spritz por aquí o una copa de burbujeante prosecco por allá- mientras saborea una cena de nuestro ligero bufé.