¿Le apetece un viaje combinado por Roma? Sáltese las colas para admirar la majestuosidad del Coliseo, retroceda en el tiempo adentrándose en el Foro Romano y escale la colina del Palatino. Reserve algo de tiempo para almorzar Después de refrescarse, diríjase a la Ciudad del Vaticano: tendrá muchas oportunidades de contemplar su esplendor mientras pasea por la Iglesia de San Pedro y contempla la obra maestra de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.
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Texto reescrito: "Le espera una mañana encantadora: en primer lugar, el Coliseo. Con su guía a mano, supere las ansiosas multitudes de turistas y las colas de espera para acceder rápidamente a este histórico edificio romano. Una vez dentro de esta estructura milenaria de gran tamaño, deje que su guía le transporte a una época olvidada: le describirá de forma convincente lo que suponía presenciar una lucha de gladiadores. Explore el primer y el segundo piso de este enorme anfiteatro, los mismos espacios que antaño ocupaban únicamente los jerarcas de Roma. Después, dedique algo de tiempo a los recuerdos antiguos en el corazón de la Antigua Roma: el Foro Romano. A sólo dos minutos a pie de nuestro destino anterior, deje que su guía le conduzca a través de estos restos arqueológicos en ruinas cargados de historia: le desvelará historias que revelan su magnitud en tiempos pasados. ¿Ha visto alguna vez una película ambientada en la antigua Roma, con la gente bullendo en alguna alucinante plaza de mercado? Sí, eso era el Foro. El bullicio comenzaba aquí. Aquí se celebraban las sesiones del Senado, las veladas poéticas e incluso las manifestaciones políticas: éste era realmente el vibrante corazón cultural de la antigua Roma. A medida que nos alejamos del pulso del centro de la ciudad, nuestro guía informativo le acompañará a lo que antaño fue el escaparate de la élite romana, su flor y nata: conozca "El Palatino". Imagínese contemplando las vistas panorámicas de una ciudad cargada de historia. Devore los relatos donde, según la leyenda, las poderosas manos de Rómulo y Remo dieron a luz a la propia Roma. Deje que sus zapatos rocen reliquias de mármol mientras camina entre ecos épicos del esplendor de Roma; nuestro guía espera ansioso para iluminar palacios y artefactos de 2000 años de antigüedad para sus mentes inquisitivas Recuerde que tiene tiempo para almorzar tranquilamente. ¿Por la tarde? Le llevaremos a reinos desconocidos en un extenso viaje por las sagradas salas de los Museos Vaticanos. Prepárese para quedarse boquiabierto ante los lugares menos vistos por los mortales: El Belvedere de Apolo que se extiende hacia la divinidad y Laocoonte atrapado por serpientes marinas alrededor de la brillante bañera de Nerón; aventúrese más allá de estas maravillas en pasillos engalanados con la majestuosidad de los tapices y salas pintadas por Rafael que albergan a estudiantes de Atenas asombrados. Dirigirse a este museo es una forma segura de quedarse boquiabierto. Nuestro guía le guiará por sus reliquias más emblemáticas en un instante, y ¡voilá! Llegamos a la Capilla Sixtina. Una vez allí, está claro por qué la obra maestra de Miguel Ángel se aferra a las riendas de la fama dentro de la sociedad artística occidental. ¿Más de 600 figuras pinceladas bajo su dirección? La enormidad de esta hazaña deja perplejo al cerebro. Y como aún se practica el culto dentro de los muros del Capitolio Sixtino, recuerde lo que le digo, una vez dentro no se permiten las charlas triviales. Lamentablemente, su guía no podrá ofrecerle explicaciones sobre los antiguos frescos mientras esté dentro, pero le informará en profundidad sobre este increíble lugar antes de que atraviese sus sagradas puertas. ¿Última parada? La Basílica de San Pedro. Superando todas las escalas imaginables, se extiende a lo largo de dos campos de fútbol americano repletos de obras de arte nacidas de las manos de algunos de los artistas más venerados de la historia. Una entrada poco común nos lleva directamente a esta iglesia de lo más suntuosa a nivel mundial. Atravesando la gran entrada, las obras maestras llaman la atención. El Baldacchino te llama la atención, al igual que La Piedad y, por supuesto, la valiente estatua de San Pedro, entre otras obras deslumbrantes. No es necesario tener conocimientos de historia del arte para admirar el interior de esta iglesia.