Liturgia

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La oración pública de la Iglesia se denomina liturgia. Es "a la vez la cumbre hacia la que se dirige la actividad de la Iglesia; [y,] al mismo tiempo, es la fuente de la que mana todo su poder" (Sacrosanctum Concilium, 10). La pieza central de la liturgia cristiana es la Misa, la celebración eucarística en la que la presencia real de Cristo, su Cuerpo y su Sangre, se concede al individuo. Durante esta peregrinación, Cristo camina con los discípulos, revelándoles los misterios del Padre. Él les permite decir, como los discípulos de Emaús: "Quédate con nosotros, porque está anocheciendo y el día está a punto de terminar" (Lc 24, 29).

La apertura de la Puerta Santa es un rito litúrgico especial. En tiempos pasados, durante los años no jubilares, el Papa comenzaba simbólicamente a derribar la parte del muro que sellaba la Puerta Santa. Tras él, los albañiles destruían completamente el muro de ladrillo para dejar paso a la Puerta Santa. Desde 1950, la ceremonia es ahora muy diferente; el muro se derriba previamente y, durante una liturgia coral muy solemne, el Papa empuja la puerta para abrirla desde el exterior y convertirse así en el primer peregrino en atravesarla. Este hecho, junto con otras expresiones litúrgicas que marcan el Año Santo, nos recuerda que la peregrinación jubilar manifiesta algo más que un gesto personal: es el viaje colectivo de todo el pueblo de Dios hacia el Reino.