El papa León III sobre la inteligencia artificial: Hay que apoyar a la próxima generación, no obstaculizarla.

El papa León XIV destacó que «hay que ayudar a las nuevas generaciones, y no obstaculizarlas, en su camino hacia la madurez y la responsabilidad», especialmente en lo que respecta a su relación con las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial. Así se dirigió a los participantes en la conferencia «Inteligencia artificial y cuidado de nuestra casa común», celebrada el viernes 5 de diciembre de 2025.

«La capacidad de acceder a grandes cantidades de datos e información no debe confundirse con la capacidad de extraer significado y valor de ellos», explicó el Papa, añadiendo que «esto último requiere la voluntad de enfrentarse al misterio y a las cuestiones fundamentales de nuestra existencia, incluso cuando estas realidades son a menudo marginadas o ridiculizadas por los modelos culturales y económicos predominantes».

«El bienestar de la sociedad», continuó, depende de la «capacidad de los jóvenes para desarrollar sus talentos y responder a las exigencias de los tiempos y a las necesidades de los demás, con generosidad y libertad de espíritu».

La conferencia fue organizada porla Fundación Centesimus Annus Pro Pontificey la Alianza Estratégica de Universidades Católicas de Investigación (SACRU). Se celebra el viernes por la tarde para presentar un informe que evalúa el impacto de la inteligencia artificial en los ámbitos industrial, financiero, educativo y de las comunicaciones.

El desarrollo de la IA debe ser un esfuerzo colaborativo

El papa León invitó a su audiencia a enseñar a los jóvenes a utilizar estas nuevas tecnologías con su propia inteligencia para buscar la verdad y ampliar su capacidad de decisión. «Apoyamos su deseo de ser diferentes y mejores, porque nunca antes ha estado tan claro que es necesario un profundo cambio de rumbo en nuestra idea de madurez», afirmó el papa.

También destacó que, para construir un futuro con los jóvenes, es necesario «restaurar y fortalecer su confianza en la capacidad humana para guiar el desarrollo» de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, y no ver este desarrollo como «un camino inevitable».

«Esto requiere una acción coordinada y concertada en la que participen la política, las instituciones, las empresas, las finanzas, la educación, la comunicación, los ciudadanos y las comunidades religiosas», afirmó. «Los actores de estos ámbitos están llamados a asumir un compromiso común asumiendo esta responsabilidad conjunta. Este compromiso está por encima de cualquier interés partidista o lucro, que cada vez se concentra más en manos de unos pocos».

El Papa insistió en la necesidad de una participación generalizada para alcanzar estos objetivos y agradeció a los presentes su contribución a través de sus investigaciones.

Los seres humanos son colaboradores en la obra de la creación

El papa León subrayó cómo la inteligencia artificial ha provocado cambios rápidos y profundos en la sociedad y ya afecta a millones de personas a diario, al tiempo que incide en ciertos aspectos de la persona humana, «como el pensamiento crítico, el discernimiento, el aprendizaje y las relaciones interpersonales».

Teniendo esto en cuenta, destacó algunas cuestiones sobre las que reflexionar a la hora de evaluar el impacto de estas tecnologías: «¿Cómo podemos garantizar que el desarrollo de la inteligencia artificial sirva verdaderamente al bien común y no se utilice únicamente para acumular riqueza y poder en manos de unos pocos?».

«Como seguramente sabrán, el producto más valioso hoy en día en los mercados se encuentra precisamente en el ámbito de la inteligencia artificial», explicó.

Otra pregunta que planteó fue: «¿Qué significa ser humano en este momento de la historia?».

El papa León insistió en que, dado este contexto, es muy importante «deteneros y reflexionar con especial atención sobre la libertad y la vida interior de nuestros niños y jóvenes, y sobre el posible impacto de la tecnología en su desarrollo intelectual y neurológico».

Afirmó que «los seres humanos están llamados a ser colaboradores en la obra de la creación, no meros consumidores pasivos de contenidos generados por la tecnología artificial».

«La inteligencia artificial ha abierto sin duda nuevos horizontes para la creatividad, pero también suscita serias preocupaciones sobre sus posibles repercusiones en la apertura de la humanidad a la verdad y la belleza, y en su capacidad de asombro y contemplación», dijo.

«Reconocer y salvaguardar lo que caracteriza a la persona humana y garantiza su crecimiento equilibrado», subrayó, «es esencial para establecer un marco adecuado para gestionar las consecuencias de la inteligencia artificial».