Profesión de fe

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El Símbolo es la profesión de fe. El Símbolo de la fe identifica al bautizado. Lleva los elementos esenciales de la fe; dice lo que un creyente cree y estaría dispuesto a afirmar en su bautismo de una vez por todas para compartir la misma confesión con toda la comunidad cristiana a lo largo de su vida.

Muchas profesiones de fe diferentes muestran aspectos de la gran riqueza de la experiencia del encuentro con Cristo. En la historia de las múltiples tradiciones cristianas, han surgido dos credos que han obtenido un reconocimiento promi- nente en la vida de la Iglesia: el Credo de los Apóstoles, desarrollado en Roma para el bautismo, y el Credo Niceno-Constantinopolitano, formulado por primera vez en 325, en el Concilio de Nicea, en lo que hoy es Iznik, Turquía, y cre- atado posteriormente en el Concilio de Constantinopla en 381.

"Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás, porque con el corazón se cree y se justifica, y con la boca se confiesa y se salva" (Romanos 10:9-10). El pasaje de San Pablo pone de manifiesto que la declaración del misterio de la fe exige un cambio profundo no sólo en el modo de hablar, sino sobre todo en la manera de acercarse a Dios, a uno mismo y al mundo: "La profesión del Credo con fe me hace entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y con toda la Iglesia que me transmite la fe en la que creo".