Basílica de San Pedro

Grandes grupos de turistas modernos inundan Italia hoy en día, sustituyendo a los peregrinos de la Edad Media que recorrían miles de kilómetros a pie desde tierras lejanas para visitar al Sumo Pontífice y rendir homenaje a la tumba de Pedro sólo una vez en la vida. En lugar de caminar, estos viajeros llegaban con estilo en autobuses diseñados por Bernini, deseosos de dar una rápida vuelta por la basílica antes de continuar hacia la siguiente parada de su "Gran Tour" romano. El parvis y el interior de la basílica están ahora densamente abarrotados, lo que hace difícil considerar la estructura como un refugio para la autorreflexión. Una mejor perspectiva podría ser ver la iglesia como una exposición de arte, ya que presume de su afinidad con las estatuas, pinturas e intrigante arquitectura construida por los papas. Esta faceta artística puede parecer contraria a sus objetivos espirituales, pero desempeñó un papel importante en la construcción de un legado sin precedentes que se conserva en la iglesia.