¿Cuántas hectáreas ocupan los Jardines Vaticanos?

Descubrir los Jardines Vaticanos

Descubrir los Jardines Vaticanos

Este espacio, como ya hemos mencionado, está cargado de historia y cultura en su esencia. Entre los espacios que aquí sobresalen, el primero y más importante es la magnificencia de los Museos Vaticanos. A ello se suman otras actividades vitales para la vida del Estado Vaticano. En la zona norte, además de la residencia del Papa Francisco I, se encuentran los Palacios Apostólicos, la sede de L'Osservatore Romano y bancos vaticanos como el IOR (Istituto per le Opere di Religione).

La importancia de los Jardines Vaticanos en la vida del Papa.

Un inmenso jardín, visitable por pocos turistas pero al alcance del Pontífice y sus más allegados. Desde finales del siglo XII, el Papa solía acudir aquí para reflexionar y tomar las decisiones más importantes para la fe católica. Como algún vaticanista ha llamado a este lugar, los Jardines Vaticanos son ante todo un "lugar de meditación" para pensar en completa relajación y sin distracciones.

Un lugar en el que convergen meditación, oración y naturaleza

Un lugar vivido durante 800 años por el Papa
El catolicismo, en sus formas, ha cambiado a lo largo de los siglos: cambios, cismas, guerras, claras opciones históricas de la Santa Sede en la gestión de su territorio y, especialmente, de Roma. Es concebible que tantas iniciativas que han distinguido al mundo católico a lo largo de casi un milenio de historia se hayan gestado aquí, en los propios Jardines Vaticanos.

Al fin y al cabo, la reflexión en este espacio lanzó al Papa Nicolás III, que hizo construir lo que sería la residencia papal en lo que antes era la Colina Vaticana.

Un lugar en el que convergen meditación, oración y naturaleza

En los Jardines Vaticanos no sólo se encuentra la belleza del lugar, sino también una realidad construida con el propósito de facilitar la meditación. Como se ha dicho, fue en 1279 cuando el Papa Nicolás III hizo construir su residencia. A ella, bajo su ventana, también quiso reconstruir un lugar de paz y que sobresaliera de los climas de revuelta que se cebaban entonces sobre el territorio de Roma.

Por ello hizo construir el pomerium, o el famoso huerto que distingue este mismo espacio dentro del Estado Vaticano. Luego se le añadirían otros dos importantes espacios exteriores: se trataba del pratellum (el prado) y del viridarium (el jardín). Zonas en las que a los distintos pontífices que se sucedieron al frente de la Iglesia, les gustaba pasear y charlar con su personal.

Un inmenso jardín en la colina de Sant'Egidio Foto: dustinwhittle

Un inmenso jardín en la colina de Sant'Egidio

El paseo papal, en sus propios jardines bajo su propia residencia, habría tenido lugar en la zona que hoy se denomina Colina de Sant'Egidio. De nuevo, a lo largo de los siglos surgirían importantes centralidades de lo que sería el Estado Vaticano que hoy conocemos. Pensemos en primer lugar en los patios de los Museos Vaticanos, que reciben cada año la visita de millones de turistas, y luego en una estructura como el Palacio del Belvedere.

La arquitectura de los Jardines Vaticanos bajo Bramante

El apogeo de este espacio papal, según nos cuenta la historia del arte, se produjo en las postrimerías del Renacimiento con Donato Bramante. El arquitecto, actuó aquí a principios del siglo XVI, con el objetivo de crear en esta zona una belleza única en el mundo conocido.

Un empeño artístico que llamó a la corte del Papa a numerosos pintores, arquitectos y escultores de inmenso talento. Entre los nombres que podemos mencionar están las presencias de Pirro Ligorio, Antonio Tempesta, Giovanni Maggi o Giovanni Battista Falda. Personalidades que, leyendo libros de arte, escribieron páginas importantes de la cultura y el patrimonio artístico de nuestro país.