El Papa: Aunque el Jubileo haya terminado, seguimos siendo peregrinos de la esperanza.

El Papa: Aunque el Jubileo haya terminado, seguimos siendo peregrinos de la esperanza El Papa: Aunque el Jubileo haya terminado, seguimos siendo peregrinos de la esperanza

Dirigiéndose a los fieles durante la última audiencia jubilar del sábado de este Año Santo, el papa León XIV recordó a los cristianos que la peregrinación que inspiró no termina.

«El Jubileo está llegando a su fin», dijo el Papa, «pero la esperanza que este Año nos ha dado no termina: seguiremos siendo peregrinos de la esperanza».

Comenzando su catequesis con palabras sobre la próxima celebración de la Navidad, el Papa León XIV reflexionó sobre el significado de la esperanza cristiana, arraigada no en el miedo, sino en la cercanía de Dios revelada en Jesucristo.

Sin Cristo, señaló, la proclamación de que «el Señor está cerca» podría sonar amenazadora; en Jesús, sin embargo, se convierte en una promesa de misericordia.

«En Él no hay amenaza, sino perdón», dijo el Papa, señalando el misterio de la Encarnación como el signo definitivo de un Dios que da vida y la renueva continuamente.

Sin esperanza estamos muertos

Citando las palabras de San Pablo a los romanos, «Porque en la esperanza fuimos salvados», el papa León XIV explicó que la esperanza no es un sentimiento vago, sino una fuerza viva y generadora.

«Sin esperanza, estamos muertos; con esperanza, llegamos a la luz», dijo, describiendo la esperanza como una virtud teologal, «un poder de Dios», que da vida.

La verdadera fuerza, explicó el Papa, no se encuentra en la dominación ni en el miedo. «Lo que amenaza y mata no es la fuerza», dijo, «es la arrogancia, el miedo agresivo, el mal que no genera nada». La fuerza de Dios, por el contrario, «da a luz» y, por esta razón, concluyó, «esperar es generar».

Escuchar el grito de la tierra y el grito de los pobres

Volviendo al gemido de la creación descrito por San Pablo, el Papa León XIV invitó a los fieles a escuchar atentamente «el grito de la tierra y el grito de los pobres», lamentando la injusticia de un mundo en el que los recursos se concentran cada vez más en manos de unos pocos. Dios, recordó, destinó los bienes de la creación para todos.

«Nuestra tarea», dijo claramente, «es generar, no robar».

La historia está en manos de Dios y de quienes esperan en Él

Incluso el sufrimiento, señaló el Papa, adquiere un nuevo significado en la fe: se convierte en «el dolor de los partos». Dios sigue creando, y los seres humanos, sostenidos por la esperanza, están llamados a cooperar en esa obra creadora. «La historia», dijo, «está en manos de Dios y de quienes esperan en Él».

Reflexionando sobre la dimensión mariana de la oración cristiana, el papa León XIV señaló a María de Nazaret como la imagen viva de la esperanza que da vida. En ella, dijo, los creyentes ven «una de nosotros que genera», una que dio «rostro, cuerpo y voz a la Palabra de Dios».

«Jesús quiere nacer de nuevo», dijo el Papa. «Nosotros podemos darle cuerpo y voz. Este es el parto que espera la creación».

«Esperar», concluyó, «es ver cómo este mundo se convierte en el mundo de Dios».