El papa León XIV: El sacerdocio es un «don perfecto».

El papa León XIV: El sacerdocio es un «don perfecto» El papa León XIV: El sacerdocio es un «don perfecto»

El papa León XIV envió el miércoles una carta al Seminario Mayor Arquidiocesano de Trujillo, donde fue profesor y director de estudios, expresando su gratitud por los «cuatro siglos de historia» de la institución.

En su carta, el Papa subrayó que la tarea esencial de quienes estudian en el seminario sigue siendo la misma de siempre: «estar con el Señor, dejar que Él os forme, conocerlo y amarlo, para asemejaros a Él».

El sacerdocio es una «entrega total» de uno mismo

El papa León invitó a los seminaristas a examinar sus motivaciones más profundas, insistiendo en que el sacerdocio no puede entenderse como una mera ambición personal.

«El sacerdocio no puede reducirse a "alcanzar la ordenación", como si fuera una meta externa o una salida fácil a los problemas personales», escribió el Papa. «No es una huida de lo que uno no desea afrontar, ni un refugio de las dificultades afectivas, familiares o sociales. Tampoco es un ascenso ni una salvaguarda, sino una entrega total de la propia existencia».

El papa León advirtió entonces contra la visión del sacerdocio como «mera prerrogativa o función burocrática», subrayando que «quien busca el sacerdocio por motivos mezquinos se equivoca en sus fundamentos y construye sobre arena».

Oración, estudio y discernimiento continuo

El Papa explicó que la vida en el seminario es «un camino de reforma interior», en el que la reflexión y la sinceridad son esenciales para crecer en madurez y libertad.

Instó a los seminaristas a establecer una relación personal con Jesús a través de la oración y la escucha de la Palabra: «¡Quien habla poco con Dios no puede hablar bien de Dios!».

El Papa también subrayó el valor del estudio teológico, ya que «la Iglesia siempre ha reconocido que el encuentro con el Señor debe arraigarse en el intelecto». El estudio es «indispensable», dijo el Papa, ya que permite que la fe de cada uno se vuelva «sólida, razonada y capaz de iluminar a los demás».

«Huid de la mediocridad» y vivid en comunión

El obispo de Roma exhortó entonces a los seminaristas a «huir de la mediocridad» y a no dejarse atrapar por la mundanalidad, el activismo, los algoritmos o las ideologías.

También advirtió sobre el peligro de la soledad sacerdotal: «Un sacerdote aislado es vulnerable... La Iglesia necesita pastores santos que se entreguen [a los demás] juntos, no funcionarios solitarios».

Al concluir su carta, el papa León aseguró a los seminaristas su cercanía y sus oraciones: «Tenéis un lugar en el corazón del Sucesor de Pedro. El seminario es un don inmenso y exigente, pero nunca estáis solos en este camino».